OAR cottage se alza sobre una cabaña medieval o cruck, construida en madera, y en el S. XVI, en el entorno de 1520 – 1525 se decide erigir una casa más grande, compacta y aislada dónde no sólo tienen cabida la estabulación y la residencia familiar sino también distintos modos de producción de forma integrada; una novedad arquitectónica que se extenderá en pocas décadas por nuestro país como un reguero de pólvora:
EL CASERÍO.
Tras una profunda y escrupulosa rehabilitación del edificio, Carmen y Manu, majestuosos y generosos anfitriones abren las puertas de sus siete habitaciones para embarcarse en una apasionante aventura donde la atención, el confort y la exclusividad hace que sea seña de identidad.
OAR cottage se alza sobre una cabaña medieval o cruck, construida en madera, y en el S. XVI, en el entorno de 1520 – 1525 se decide erigir una casa más grande, compacta y aislada dónde no sólo tienen cabida la estabulación y la residencia familiar sino también distintos modos de producción de forma integrada; una novedad arquitectónica que se extenderá en pocas décadas por nuestro país como un reguero de pólvora:
EL CASERÍO.
Tras una profunda y escrupulosa rehabilitación del edificio, Carmen y Manu, majestuosos y generosos anfitriones abren las puertas de sus siete habitaciones para embarcarse en una apasionante aventura donde la atención, el confort y la exclusividad hace que sea seña de identidad.
Nuestro pequeño establecimiento aúna historia y naturaleza con diseño y comodidades modernas.
En el paisaje de Garai predominan los campos de pasto y los bosques. Los caseríos del municipio definen con personalidad el paisaje. En estos caseríos donde se sigue practicando la explotación agrícola y ganadera.
Por los barrios de Garai podremos disfrutar de agradables paseos disfrutando del paisaje rural, de su fauna, su flora y de sus numerosos caseríos centenarios. Garai compone uno de los paisajes más maravillosos de toda Durangaldea.